¿Cómo ser de ayuda para alguien que está sufriendo?


    Por Víctor Castillo Morquecho   

Es muy frustrante no saber cómo ayudar a un amigo o un familiar que está pasando por algún duelo, algún rompimiento o algún otro tipo de pérdida y, en ocasiones, la situación es tan complicada que pareciera que nosotros nada podemos hacer. ¡Pero no hay que darnos por vencidos!, porque nuestra sola presencia al lado de una persona que sufre es muy importante. Además, si bien es cierto que no es posible generalizar (porque cada caso y cada experiencia tienen sus particularidades), la experiencia terapéutica y la investigación demuestran que existen palabras y acciones que suelen ser de ayuda, por lo que a continuación te presento «5 puntos de apoyo para compartir», con ese ser querido que, ahora mismo, está pasado por un momento muy difícil.


1. Reconoce tus propios límites y, al mismo tiempo, reconoce lo que sí puedes hacer

Si queremos ser de ayuda, lo primero que necesitamos es cuidar bien de nosotros mismos y aceptar que, por lo regular, no estará en nuestras manos arreglar la situación de nuestro amigo o de nuestro familiar. Suena muy duro, pero nosotros no podremos traer de vuelta a una persona fallecida o, en su caso, tampoco dependerá de nosotros el que un amigo restablezca su relación de pareja o el que pueda recuperar su empleo. 


Hay que partir, por tanto, de que algo tan sencillo como estar presentes, suele ser la mejor forma de servir de apoyo, porque nuestra presencia le hará saber a nuestro ser querido que no está solo y que puede contar con nosotros. Por su parte, los pequeños gestos –como enviar una tarjeta o flores– y las acciones practicas como llevar la cena, ayudar con la lavandería o ir de compras, pueden ser una gran fuente de consuelo para una persona que sufre. Del mismo modo, proveer información de algún abogado, de algún terapeuta o de algún centro de ayuda e, incluso, ofrecerse a hacer una cita, pueden servir de mucho apoyo, siempre que no se presione a la persona.

2. Escucha muy bien antes de dar un consejo

Como lo refiere el artículo «Ways to support someone who is greiving» (Formas de dar apoyo a quien está afligido), la vida y el paisaje emocional de nuestro ser querido han cambiado enormemente, quizá para siempre. Por tanto, contar con un oído comprensivo es algo que valorará sobremanera y, todavía mejor, será contar con un amigo que escuche, incluso cuando se cuente la misma historia con muy pocas variaciones. 


Hay que tomar en cuenta que, por lo regular, las personas superan su dolor cuando cuentan su historia una y otra vez, y para quien escucha, lo importante es no apresurarse a hacer un juicio, ni apresurarse a dar algún consejo (a menos de que se pida directamente), porque lo primero que realmente desean las personas que sufren es ser escuchadas y, desde luego, ser comprendidas.


Resultará fundamental, por tanto, validar los sentimientos de la otra persona y mostrarle nuestra empatía a través de palabras como, «eso suena realmente terrible. Siento mucho escucharlo». Y también será importante mostrar nuestro interés a través de nuestro lenguaje corporal, pues una mirada o un gesto de apoyo pueden llegar a ser más efectivos que las palabras.


3. Acepta que el dolor es un proceso gradual.

Cuando deseamos ser de apoyo, es muy importante ser flexibles y abiertos a la forma en que cada persona vive su dolor o su pérdida. En ocasiones, uno quisiera que la otra persona continuara lo más pronto posible con su vida, pero uno no puede acelerar este proceso y decir palabras como, «¡es hora de seguir adelante!», no suele ser de utilidad.


Por otra parte, si un amigo o un familiar que está sufriendo viene a nuestra casa –quizá para pasar unos días–, hay que preguntarle si podemos hacer algo para ayudar. Y, antes que imponerle cualquier cosa, hay que estar dispuestos a dejar planes abiertos y darle la libertad para participar, o no, en alguna actividad. 


 Y lo anterior también aplica cuando, en general, hagamos una invitación para salir, pues es mejor decirle a la persona: “nos encantaría que nos acompañaras, pero tómate tu tiempo para decidir”, en lugar de obligarle. Aceptar un «no» como respuesta, es algo a lo que debemos estar preparados y, desde luego, no insistir, pues es preferible volver a hacer otra invitación en algún otro día.


Lo importante, como bien lo señala el artículo «How to Help a Depressed Friend» (Cómo ayudar a un amigo en depresión healthline.com), es no tomar la cancelación a una cita como algo personal, ni suponer que es culpa de la persona que está triste el hecho no querer salir. Lo mejor es continuar haciendo invitaciones y hacerle saber a la persona que uno le entiende y que se sentirá muy feliz cuando esté lista para aceptar nuestra invitación. 

 

4. Nombra el problema

“No hay que tener miedo de mencionar el problema”, nos dice la publicación en línea «Healthbeat» (health.harvard.edu). Por ejemplo, uno puede mencionar el nombre de una persona que ha fallecido, y esto no hará que la persona se sienta más triste, aún cuando la mención del nombre le provoque algunas lágrimas. Pues es preferible saber que la persona amada no será borrada de la memoria, ni de la conversación cotidiana, y decir cuánto se extrañará a la persona es mucho mejor que la evasión. Con todo, si la persona explícitamente nos dice que no quiere hablar de su pérdida o del problema, lo mejor es no insistir y ajustarnos al tiempo que necesite para poder hablar.

5. Ofrece esperanza. 

La mayoría de las veces no suele ser de ayuda el utilizar frases hechas y estereotipadas como, «es la voluntad de Dios» o «es lo mejor», a menos que la persona afligida diga este tipo de frases primero. En su lugar, las personas que han pasado por un duelo, una pérdida o que enfrentan una  situación irreparable, a menudo recuerdan que las personas que les ofrecieron una esperanza tranquilizadora y la certeza de que las cosas mejorarían, fueron quienes pudieron ayudarles a recuperar, poco a poco, el sentido de la vida. 


Sin embargo, ¡hay que tener cuidado!, porque es importante no ser demasiado simplista y, por otra parte, tampoco se trata de ofrecer una perspectiva del futuro irreal o inalcanzable, ya que al caer en cualquiera de estos dos extremos sólo provocaremos que la persona afligida se sienta más aislada. Por tanto, para ofrecer una perspectiva positiva hacia el futuro, resulta mejor decir algo como, «vas a estar triste el tiempo sea necesario, pero como eres una persona fuerte vas a salir de esto», pues con este tipo de comentarios estaremos reconociendo que no existe una solución rápida y sencilla para el dolor, pero al mismo tiempo, se afirmará la confianza en que las cosas mejorarán, tal como se comenta en la guía «Grief and Loss» (El dolor y la pérdida health.harvard.edu).


Así que, ¡ya lo sabes!…

Tomando en cuenta estos «5 puntos de apoyo para compartir», estarás más seguro de poder ser de verdadera ayuda para una persona que está sufriendo y, como ya se decía al principio, lo importante no es desanimarse y, en su lugar, ser persistentes. Sobre todo, luego de las primeras semanas o meses en que ha tenido lugar la situación difícil que nuestro ser querido atraviesa, porque después de este periodo es cuando otras personas dejan de llamar por teléfono o de buscar a la persona. Por tanto, hay que procurar las conversaciones cara a cara (o por  videollamada) y comunicarse de forma regular, aunque sólo sea para enviar un saludo, y como a la mayoría de las personas desconsoladas les resulta difícil ponerse en contacto, será mejor que nosotros tomemos la iniciativa.


Este artículo toma como base los siguientes recursos:

- Crystal Raypole (2019). “How to Help a Depressed Friend”. Recurso en línea: healthline.com

- Harvard Medical School.  (2019).“Grief and Loss”. Recurso en línea: health.harvard.edu

- Healthbeat. (2019). “Ways to Support Someone Who is Greiving”. Recurso en línea: health.harvard.edu


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